19/09/09

Scared to death, no reason why...



Soy yo.

Ahora soy ingeniero en audio (se supone).

Hay un fenómeno de mucha controversia entre los audiófilos.

Es sobre la calidad del sonido. La fidelidad. La búsqueda eterna por la mejor fidelidad.

Verán, lo que escuchan ustedes a su alrededor es producto de la interpretación de su cerebro de los ruidos que escucha. El cerebro escoge lo más importante y hace que centre su atención en eso. Si están leyendo esto desde su habitación escuchando música, su cerebro hace que los ruidos de fondo se desvanezcan un poco. Por esta razón, si planto un micrófono junto a ustedes en este momento, lo que escucharán después será muy diferente, ya que el micrófono capta todas las frecuencias sin discriminación y, ya que no están en la misma situación que cuando se estaba grabando, el cerebro no puede recrear lo que escucharon en el momento. Se concentra en toda la grabación.

No le es muy importante ya, vamos, tiene mejores cosas qué hacer, como el estar pensando en por qué lo escuchas otra vez.

Seguro tienen amigos que sólo escuchan LP's, o sea vinil. Tal vez se burlen de ellos, por esto, ya que su biblioteca será muy limitada comparada a la suya (pirata) de MP3.

Si analizamos objetivamente, ustedes tienen razón. Un mp3 es pequeñísimo (tan pequeño como su computadora o ipod más pequeño, dividido entre la capacidad que tiene) y tiene mejor fidelidad que el vinil.

Sin embargo, el cerebro no permite un análisis objetivo. No para esto.

Para muchos de nosotros, el escuchar los tronidos de la aguja cuando toca el disco es una máquina de tiempo. El cerebro los reconoce y busca recuerdos y emociones que se liguen a esos sonidos. Nos trae recuerdos de nuestra niñez y juventud. Para muchos era una etapa más feliz, y por ende, nos hace felices, a diferentes niveles, claro.

El sonido no es tan "fiel" al original, pero trae una cascada de emociones consigo y, si son placenteros, harán que la experiencia de escuchar la música sea mejor.

Algo similar pasa con los rollos fotográficos. Si se encuentran un rollo de 1978 ahora y toman una foto, saldrá muy parecida a la de arriba. Y no me importa que le estén sacando fotos al dedo gordo de su pie, me hará sentir bien de alguna forma, porque mi cerebro la ligará con la foto de arriba y mandará una señal de placer y, sobre todo, de seguridad.



Les presento a mi padre. Hace ya casi 31 años.

Esa foto fue tomada en Los Àngeles, California. Yo nací en El Paso, Texas, pero después de nacido me llevaron para allá, pues ahí trabajaba él. Pasé casi un año ahí.

Mi padre, después de esta foto, trabajó un rato en L.A., después se mudó a la Ciudad de México. Trabajó para Mexicana de Aviación, y también para Domecq. Ventas, en ambos casos. Después fundó su compañía de representación comercial y fue un éxito, por fin. Creció a sus hijos y ahora está semi retirado en la Ciudad de México.

Para ustedes no significa mucho esta foto, sobre todo si son jóvenes, más bien se quejarán de la calidad. Sin embargo, para mí es una imagen, muy poderosa de protección.

Verán, ese hombre, que es veinte veces más grande que yo en la foto, en ese momento, tal vez sin saberlo, estaba haciendo un compromiso. Me tenía en sus brazos y estaba pensando en cómo algo tan pequeño puede existir. No tenía idea de que en 20 años esa cosa iba a ser más grande que él, pero lo que sí sabía es que lo tenía que cuidar, por alguna razon extraña. Y lo hizo, lo ha hecho por 30 años y aún pone cara de alegría cuando me ve.

Es increible.

Cuando el ve la foto, les podrá dar una mejor reseña de estos 30 años. Les contará de un niño que nunca hablaba. Les contará de un niño algo extraño, pero dulce, que relacionaba todo con otros objetos. Al que le gustaban mucho los chicles y que observaba todo a su alrededor.

Sin opinar. Tenía tantas vidas diferentes en su cabeza, que jamás sintió la necesidad de expresar nada en la vida real.

Les contará después que mientras estaba creciendo, ese niño de sonrisa tan fácil y tan cariñoso se empezó a enojar. Les dirá lo frustrante que era en su adolescencia y en parte de su adultez que no se dejaba tocar ya. Les contará esto con una mirada confusa, pues no sabe por qué se enojó tanto ese niño.

Les contará de todas las veces que los despertó el sonido de un teléfono en la madrugada, requiriendo su presencia en un hospital o en algún lado pues a su hijo le había pasado algo. Les dirá que ha visto a su hijo totalmente roto. Una masa amoratada llena de sangre.

Les dirá cómo observaba a su hijo tratar de lidiar con todo lo que estaba haciendo y lo que le estaba pasando y que Xavier no se ayudaba nada. No hablaba. ¿Ustedes saben por qué no hablaba?

Después hablará de como Xavier desapareció un rato a otra ciudad y que parecía mejorar poco a poco.

Se emocionará contándoles que encontró cosas nuevas que le gustaban hacer y las cosas que ya hacía les dió un giro para que le gustaran más.

Si están en confianza les contará que Xavier también se ha metido algunas drogas y lo han cambiado . No sabe si para bien o para mal.

Tal vez les dirá que es un buen hombre y que si están junto a él en alguna situación de estrés o peligro, que no se preocupen. El los cuidará. Ya no le tiene miedo a nada. Lo último lo dirá nerviosamente.

También les contará de los últimos viajes que han hecho juntos, sobre todo del viaje al Paricutín. A caballo por más de 6 horas. Está loco.

Les dirá que está en una pequeña crisis y que no sabe bien que pasa con su vida. Esto lo dirá con preocupación.

Sin embargo le gustará la charla.

Todo por una fotografía.

Él tenía 34 años cuando se tomó esa fotografía. Tengo 31.

Tal vez hasta pueda hacer una historia similar.

7 comentarios:

Bigmaud dijo...

Es por los momentos. Por más que alguien tenga una super cámara de 10 megapixeles mientras no logre captar un instante tan emotivo y especial como ese sirve de poco. Me encantó tu Post.

Nilbia dijo...

Es lo mejor que he leido en mucho tiempo. Luego platicamos, y por cierto, tic tac tic tac qué lindas fotos! Yo no traje nada más que fotos así de viejas y perfectas que me encantan ver y volver a ver. un besote.

mar dijo...

xaxa, la fotola con el panda ! ... paricutín llama para dejar la crisis en las alturas, sí o no? o le vas a pedir consejo a laura?

abrazoso :)

Xavier dijo...

Bigmaud:

Exactamente. La tarea del fotógrafo es captar momentos, el cómo, pues... se hace lo que se puede técnicamente.

Nilbia:

Son las mejores fotos, sobre todo porque ni te acuerdas de cómo ni cuándo te las tomaron...

Mar:

Todavía tengo ese panda! Está apachurrado, pero todavía está ahí...

Anónimo dijo...

Xavier, eres enorme, de verdad, tienes una capacidad con las letras padrísima! La foto con tu papá está linda sobre todo por lo que escribes de ella.

América Gutiérrez dijo...

Placer y seguridad. Que maravillosa sensación de confort y felicidad que se puede alcanzar con las texturas, los sonidos y las imágenes de ayer. Me da esperanza ver tus fotos y leerte. Te mando un abrazo fuerte.

Jo dijo...

La semblanza de una vida entrelazada

creo que para que quede el story board completo te faltaría un buen soundtrack. (apuesto que lo tienes)

saludos y abrazo

:)