08/04/10

Y entonces...

... ya por fin descansé ayer.

Entre comillas, pues. Mi casa fue invadida ayer por una amiga y su pequeño hijo me hizo correr y jugar y tontear todo el día. O sea, como siempre.

Ojalá.

Total que el niño hace alguna tontería y luego te voltea a ver abriendo los ojos a todo lo que dan y te dices "Carajo, qué buena vida! Sigue haciendo tonterías, tu que puedes."

Y tiene rato que no hago esto, porque la última vez era una situación diferente. El interés con la madre era más allá de la amistad (las madres solteras son como el nivel más alto en el peldaño de retos a una relación) y su hija era increíble. Y yo decía que de ahí era, pero al final vi que me llevaba mejor con la hija que con la madre y kaput.

Sin embargo, algo te queda. Es el contacto con los niños y que les caíste bien.

Por ejemplo, sonará ñoño, pero hace poco me preguntaron que qué tal mi año, o sea el pasado. Yo respondí que bien. Después me preguntaron que qué fue lo mejor del año. La respuesta fue fácil en mi cabeza.

En el verano pasado le estaba dando clases de fotografía a unos niños que estudian actuación también y, como siempre, tenía mi favorita. Ni modo.

La niña es un genio y molesta y todo y se ve que va a ser una cabrona genial.

Total, un día acaba la clase y yo estoy sentado enfrente de una banca dándole la espalda y ella se trepa a la banca, me salta en la espalda por el cuello y cuando me volteo me planta un beso en el cachete.

Mi reacción fue normal y tranquila, pero bueno, lo que se piensa después es lo genial de todo eso y de tener a alguien que haga eso siempre y que luego les enseñes a hacer malabares y a cortar las cartas con una sola mano y demás habilidades geniales que tengo.

En fin, ojalá pueda dar esas clases este verano también.

Yya es otro día y me despierto solo y todo regresa a la normalidad y a veces la normalidad no es tan buena y no tengo preocupaciones pero porque las únicas oportunidades que tengo para estresarme son frívolas y no creo que valgan la pena.

Tiempo tengo, paciencia me sobra.

Medito.

Algún día, cuando sea viejo, abriré un ojo, me levantaré de entre mi casa de cartón en el callejón que llamo casa y veré pasar a alguien de traje y apariencia serena y le diré que alguna vez algo así me pasó con una niña y le gritaré que ni siquiera era mi hija. Él me dirá algo como "hmmm, no tengo cambio ahorita..." y pasará de largo y yo regresaré a mi casa de cartón a hacer malabares y a hablar con mis múltiples personalidades.

No es cierto. Demonios, dió miedo escribir eso.

Creo que no es tan grave la cosa. Sólo tengo que tener en mente algunas palabras siempre. En este caso, Dead Can Dance lo dice mejor:







...and there's nothing more dangerous
Than a man with nothing to lose
Nothing to live for
And nothing to prove...