29/09/10



Muslimgauze sacó como 200 discos. No los tengo todos, pero es el artista del que más discos tengo. Como 80. Todo es bueno, especialmente una canción que se llama "Cairo Mercedes", pero no está en Youtube. Les recomiendo investigar más de él, fue una persona interesante.

Recientemente hablaba con mi madre. Ella lloraba. Me decía que extraña el D.F.

Su casa. Pensaba morir en esa casa, dice.

De repente paso por enfrente de su vieja casa. Nuestra casa. Ahí crecí. Todavía no le cambian mucho. A veces me dan ganas de tocar la puerta. No conocí a los que se mudaron ahí. No me interesa mucho.

Una casa no es nada sin las personas que hay ahí dentro. Las personas que están ahí dentro no son muy importantes para mí. Ergo.

Pero no es tan fácil tampoco. Si tengo muchas memorias que tienen que ver con esa casa. Si se extrañan muchas cosas.

Por ejemplo, la canasta de basquet. No he encontrado mejor lugar para sacar frustraciones o matar el aburrimiento. Debo encontrar otra.

Salir de mi cuarto, voltear para arriba y ver esto:



No tiene mucho sentido para ustedes, creo.

Hay muchos malos recuerdos en esa casa, pero son escasos. Soy un hombre-niño suertudo.

Leía una entrada de Emilio y me hizo pensar un poco en lo que es el D.F. y lo que pienso de la ciudad ahora que regreso.

Lo mejor que se me ocurre es comparar mi regreso con el sentimiento de un niño cuando regresa a la escuela el día siguiente de que se lo madrean enfrente de todos. 

Pena, mucha pena. Y miedo. Todos se burlarán y hablarán de ti. Eso piensas.

Sin embargo, pasa el día y un par se burlan y ves al que te rompió la madre y no pasa nada. Al final, no pasa nada. Después de una semana, nadie recuerda nada.

La ciudad se olvida de ti mucho más rápido que eso, pero a la vez también es más violenta.

Mi regreso a sido muy bueno, la verdad.

Siento mucho que mi regreso coincida con la salida de mis padres, pero así es esto.  No es la primera vez que vivo en donde no están, pero si es la primera vez que en dónde están no es (fue) mi casa.

Siento mucho que mi madre no se pudo llevar un rincón de su casa. Creo que no quiso.

Yo si. Se los muestro:





Como sabrán, yo soy ingeniero de sonido. O diseñador, lo que quieran. El chiste es que me gusta grabar y manipular y juguetear con sonidos.

Esto que ven es mi departamento, pero antes estaba en un cuarto que mis padres usaban de bodega. 

Verán, el tipo que vivió antes en esa casa era ingeniero de sonido también, pero en los setentas. De ahí todo ese equipo arcaico.

Se nota porque el equipo es James B. Lansing, no JBL, como tal vez ustedes lo conocen.

Todo sirve, grabadoras, crossovers, tocadiscos, amplificadores, etc. Todo lo he mantenido en buen estado. En este momento no está conectado todo, pero sólo es porque es más fácil hacer todo lo que hacen esos 80 kilos de equipo con un interface del tamaño de un libro. La tecnología. Me da un poco de pena.

Junto al equipo, hay un poster de los Muppets. De Dr. Teeth and The Electric Mayhem.


Son grandes. En el poster también le brilla el diente.


Animal es el mejor baterista. Mi lente tiene mucha distorsión. Hmmmm....

Mi padre me preguntó un día qué hacer con todo esto. Le dije que me lo llevaba. Le pareció buena idea.

Tal vez otras personas vivan en esa casa, pero no tienen a Animal. Ja!

La verdad no soy muy apegado tampoco a eso. Me gusta verlo, pero no es indispensable para mí.

No estoy echando un rollo de que lo material no importa y no sé qué, pero me salí de la casa hace un tiempo y no me ha ido mal sin ese pequeño rincón.

Ahora. En la foto también pueden ver mi guitarra. Estrenando una pastilla, también. Dimebucker, por si les interesa.

Esa si va a donde yo voy. Siempre.

Esos pequeños rincones no siempre tienen que ser lugares físicos, pueden ser partes de nosotros que nos gusten o solamente pequeños espacios que no llenen las características físicas de un rincón. O una combinación.

O un charco. Cualquier lugar.

Eso le quiero decir a mi madre. Que la casa no era importante, tampoco las cosas que estaban adentro sin que nosotros las estemos viendo. Le tomé fotos a toda la casa. A cada rincón. Aún no se las mostraré, porque no tienen buen efecto en ella. Las fotos ahí están. No sólo las fotos de la casa, sino también todas las que tomé de los que habitamos un día en ella.


Al final, ella se tranquiliza cuando todos le aseguramos que estamos bien....

Ya que estamos en eso de la nostalgia, recuerdo mi lugar de nacimiento y a mi familia de allá por una muy buena exposición que hay por allá, veánla acá: