20/07/09

Ficción

Respiro.

Entonces ella me pregunta "¿Qué pasó con Tatiana?"

"¿Cuál Tatiana?"

"Tu exnovia. Wey."

"Hmmm, no sé. No creo que quiera hablar conmigo."

"Según tú, se iban a casar y a vivir juntos e ir a Uzbekistán y te iba a enseñar ruso y todo..."

"Pues si, pero tronamos y ya nada. Era mucho pedir para 3 semanas de relación. Ni novios éramos."

"Cierto. ¿No extrañas Nueva York?"

"Siempre. A ella también. Seguro porque está lejos."
Soy muy distraído.

No sé si les haya contado que una persona me describió como una persona que tiene un cable mal colocado y escucha pura estática. Que me tengo que concentrar a través de la estática.

Me traumó por semanas.

No puedo concentrarme en nada.

No es cierto. No puedo concentrarme en lo que no me gusta. Nada más.

He tenido pocas decepciones amorosas, pero las veces que me he sentido mal, inconcientemente he hecho un experimento de ellas.

Me torturo y me torturo hasta que ya no me siento mal. Eso de olvidar y todo no ayuda realmente. El chiste es sufrirle, hasta que ya te hayan tratado tan mal que ves lo estúpido de tu actitud y te vuelve a caer bien la persona que te sigue mandando al carajo.

Regresemos en el tiempo. Se llama Gilda.

Yo por supuesto estaba enamorado y ella por supuesto que no de mí. Vivir con alguien que te encanta así es horrible.

Entonces me llevaba a los bares de los muelles del lado oeste de Manhattan. No eran bonitos.

Cuando todavía le decían Hell's Kitchen. La comunidad gay todavía no entraba a hacer la zona más habitable (y más cara) y los bares estaban llenos de personajes extraños. No extraños como artistas. Marineros. Trabajadores. Era fácil meterse en broncas ahí.

Sólo a mí me llevaba. Creo que porque era el único que la acompañaba. A mí me gustaba. Nadie me pedía identificación ni nada. Sabía que el regreso en el metro iba a tomar más de una hora porque en la noche, el tren Q no pasa muy seguido. Esa hora iba a ser para mí, toda para mí.

En fin, no resultó. Y me mandó a volar severamente. Y me tuve que chutar varias noches escuchándola hacer el amor con otro(s).

Pura diversión.

Entonces me encontré así:

1) 19 años.

2) Viviendo en Astoria, Queens. Ya es un área bonita también, en ese entonces no lo era mucho.

3) Trabajando en un antro de mala muerte de samba.

No era tan malo.

Por varios años estuve a salvo.

Y caí otra vez. Con una sonorense.

"Ya no siento nada."

"Pero si la semana pasada decías que me amabas..." (Yo)

"Si, pero ya no."

"¿En serio no?"

Y así, hasta que me hartaba de que me dijeran que ya no me querían. De repente ya no había bronca.

La mejor.

"No puedo, estoy casada Xavier, entiende..."

"Lo sé (mano en la frente), creo que no debería pasar nada entre nosotros hasta que te divorcies..."

Se divorció, anduvimos, vivimos juntos y se terminó todo horriblemente. Todo esto en Baja California Sur. En Los Cabos. Bonito lugar para visitar, horrible lugar para vivir.

Después una mujer a la que le llevo 8 años. No hubo dramas, pero me decía que parecía que yo quería justo eso.

"Tal vez estamos aburridos ¿Por qué no nos dejamos de ver un rato? Si nos volvemos a ver y queremos salir es que hay algo ahí."

"Ok."

Ya no nos volvimos a ver. Y no sé por qué.

Alomejor traigo ganas de otro drama. No me gusta ser el típico hombre que no está listo para comprometerse. Así lo he sido por varios años. Lo malo es que uno se acostumbra porque es muy buena edad para ser ese típico hombre. Alrededor de los 30.

No hay ficción en esto. No me quiero imaginar nada. No sé para qué lo escribí. Debo traer algo pegado en la mente. Es lo que hacen periódos largos de carretera...

Mejor vean esto que me mandaron:

2 comentarios:

América Gutiérrez dijo...

Es muy complicado eso de las relaciones, cuando es la persona indicada no es el momento justo y vivecersa. Yo también era una adicta a los dramas, pero en algún momento después de los 20 leí los Amores Difíciles de Italo Calvino, crecí y decidí romper con los patrones dañinos. Saludos y esa ficción sería un gran documental.

Xavier dijo...

Tienes razón. Creo que exagero mis reacciones para ver si algo diferente pasa la próxima vez. Leeré el libro, seguro que sí...

¡Saludos!