27/07/09



Pobres caballos.

Entonces me doy cuenta de que mi vida es aburrida y trato de descifrar el por qué de eso.

Me encuentro con que me falta algo. Algo importantísimo para todos los grandes personajes de la historia. O de ficción, no sé.

Creo.

Un nemesis.

Un archienemigo.

Alguien que esté planeando en contra de mí. Que me haga sudar antes de doblar cualquier esquina. Que me haga dudar del bocado que me llevo a la boca.

Una persona a la que tan sólo mi presencia en este planeta le sea insultante. Alguien que no pueda ver mi foto, pues la reacción sería de un berrinche furioso.

Pero sin pistolas ni nada letal. Imaginación. En lugar de Colt .45, piensen en algo por el estilo de la marca ACME.

Sería un sueño hecho realidad el utilizar mis pocas neuronas restantes para armar planes elaborados en contra de mi adversario. Tan sólo puedo imaginar la satisfacción que esto traería.

Si a alguien se le antoja ser mi nemesis, déjenmelo saber.

Lo cual me recuerda a algo relacionado con la semana pasada, del curso que di.

Les presento a Toño:



No sé si noten una expresión extraña en su rostro. Como un placer ya olvidado para nosotros los adultos.

Es la expresión de un niño después de hacer una travesura. Volteó y se encontró con mi cámara, afortunadamente no tuvo tiempo de cambiar de expresión.

Vean la foto otra vez, tal vez lo noten ahora.

Alomejor tenían que estar ahí para entenderlo...

5 comentarios:

El Velvet de Cierto Pelo dijo...

Por favor, tienes que atrapar el rostro de un niño que se alegra al verte y corre a tu encuentro.
¿Imposible? No tanto.
Y lo de la némesis, me ha ayudado a pensar en el ambiente en que me desenvuelvo y, créemelo, ahí abundan. Yo tengo varias némesis y, también créemelo, no es nada agradable saberte odiado. La capacidad de multiplicación del odio es increíble. Y nada disfrutable.
Por supuesto, ante eso, lo único que queda es la indiferencia más absoluta.
Al odio no se le hace caso. Es mejor ver amor en el rostro de alguien que de lo demás ya estamos hasta la madre.
Saludos.

América Gutiérrez dijo...

Me encanta la foto de Toño. De niña fui muy traviesa y esa mirada me recuerda el placer...Gran disparo. Acerca de tu némesis, sé por lo que he leído que te encanta la aventura, pero creeme es desgastante tener un archienemigo cerca. Me da gusto haber tenido el tiempo para leerte. Un abrazo

*Biquie* dijo...

Yo no tengo némesis tampoco, la verdad es no quisiera tenerlo porque he calculado tan minuciosamente el movimiento de cada paso que no ha dejado lugar a los enemigos férreos o los némesis implacables... me da dolores de cabeza el pensar contentar a alguien sin necesidad aparente, me da cólicos en las entrañas el saberme odiada nomás por gusto o por un placer extraño... la verdad es que prefiero la vida fácil, sin tantas complicaciones en lo que a sentimientos se refiere ¿será que soy tan egoísta que no quisiera un némesis nomás por no querer enterarme de los sentimientos de los demás? jojo

Más bien el gusto que yo tengo es mantener un low-profile cueste lo que cueste, eso me da cierta libertad para hacer lo que quiero sin ser notada... y la culpa siempre la tenga alguien más jojo

¿Eso me hace mala persona? Mi mamá dice que soy mustia... yo digo que soy una gandalla

*Biquie* dijo...

Está padre tu blog... volveré :)

Saluditos!!!! :D

Xavier dijo...

Velvet:

Claro que lo que mencionas es más serio. Yo por eso me referí a la marca Acme y algo más ligero. Como poner una cáscara de plátano o jabón por donde sabes que va a caminar el otro o jugar bromas pesadas. Tal vez me imagino que ya de viejos nos estemos riendo de nuestros planes.

América:

Esas caras traviesas son geniales. Igual, mi archienemigo sería versión "light". Qué bueno que pases por acá...

Biquie:

No es ser mala persona. Al contrario, cuidas bien tu karma. Esa es la otra opción, aparte de dedicar tu vida a molestar al prójimo. Lo consideraré también... ¡Que bueno que te guste el blog!