17/12/09

Humor Estacional



Hace 12 años, la primera vez que llegué a Nueva York, me lo advirtieron.

Era primavera, pero a lo que se referían era a lo crudo del invierno cuando estás solo y eres joven.

La depresión invernal.

Ese año ni lo sentí. Compartía casa con 3 brasileños y ellos compartían sus drogas conmigo. Realmente no recuerdo que hice exactamente, pero si recuerdo la época. Me di cuenta que Nueva York es más bella en el invierno.

No toda. Yo vivía en Astoria, Queens, y todavía estaba en las primeras fases de ser "gentrificado".

Gentrified, pues. Es un término que usan los estadounidenses para denominar áreas que eran feas, pero a las cuales llegaron artistas (los primeros siempre en vivir bien en lugares feos, aparentemente) y luego jóvenes estudiantes, generalmente hipsters, a repoblar después de que unos genios de los bienes raíces hayan hecho tratos estupendos para ellos, pero muy malos para los habitantes del lugar.

Términos técnicos. A eso se reducen muchas cosas hoy en día.

Costo de oportunidad.

Es lo único que se me pegó bien de mis pocas (nunca iba) clases de economía.

Regresaremos a eso.

Se acerca la Navidad.

Yo no soy religioso, ni mi familia, pero disfrutamos mucho de como los cristianos nos proveen de romeritos y bacalao por la época.

Les contaré de mi Navidad pasada.

Yo vivía en Nueva York hace un año. Mi roommate se había marchado de vacaciones, al igual que casi todo mi edificio. Es lo que pasa cuando eres un rucazo viviendo en un edificio con estudiantes.

El día de Navidad me despertó un sonido extraño. Un goteo. Muchos.

Salgo de mi cama y en la sala veo lo que pasa.

Había 6 goteras y un charco en el piso de madera de muy buen tamaño.

Verán, había nevado durísimo unos días antes y eso dejó varios centimetros de nieve en el techo. La nieve pesa y dañó la impermeabilización. Esto causó que al derretirse, un cauce llevara el agua hacia mi sala.

Yo siempre le he tenido respeto al agua. Es más, como desarrollador de terrenos, de las lecciones más importantes, sobre todo al establecer la red hidraúlica de un residencial, es que no puedes detener el agua y que el agua tiene memoria.

Esto quiere decir que si eres tan estúpido como para poner tu casa en medio de un arroyo porque hace mucho que éste no acarrea agua... ya sabes lo que pasará. En cuanto disfrutes más de tu casa, vendrán lluvias y más vale que tu casa haya sido asegurada. Lo cual no es probable porque pusiste tu casa en medio de un pinche arroyo.

Cuando llegué a Los Cabos, me contaron la historia de un desarrollador que hizo un residencial para gente de bajos recursos en el lecho de un arroyo. Por supuesto que pronto cayeron lluvias y la gente recuerda despertarse en la madrugada con el sonido de tumbos.

Como si un gigante viniera hacia ellos.

Ojalá, pero no, era el agua. Muchos murieron porque no alcanzaron a despertarse.

No recuerdo qué pasó con el desarrollador.

En la azotea de mi departamento, algo similar había pasado.

Bueno no, el comparar es estúpido, pero el año anterior también hubo el mismo problema.

Pero el año anterior no estaba yo ahí.

Sigamos pues, con la cronología de los eventos.

Alarmado, llamo a mi casero.

No me importó mucho que fuera navidad, es un judío hasídico, o como se escriba, y yo suponía que no era gran diferencia para él.

No contestaba, tampoco contestaba mensajes de texto ni emails.

No quieren saber lo reemputado que yo estaba. Sin embargo, después de un rato, siempre me entra un poco de malicia.

Le escribo un mail diciendo que lo de las goteras se está poniendo peligroso y que llamaré a los bomberos porque sería malo que se me cayera el techo encima. Le digo también que hablaré a los encargados de obras civiles de la ciudad, para que chequen también la situación ya que yo tenía mis dudas ya desde hace rato hacia mi seguridad, ya que nuestra estufa no tenía campana.

Bueno, a los 2 minutos de mandar el mail me dice que va para allá y que lleva a unos trabajadores y que no me preocupe de nada.

Había hecho planes para salir esa noche a una cena de olvidados (los que estábamos solos en esta época), pero me había alterado y no estaba de humor para festejos ni gente.

Tenía provisiones vastas.

Bueno, más o menos.

Tenía una bolsa casi intacta de marijuana (purple haze, ni más ni menos) y una botella de Knob Creek que me habían regalado.

Subí al techo encharcado y ahí hice mi fiesta. En algún momento alguien más subió, aparentemente no estaba tan solo en el edificio como pensaba, pero no recuerdo bien quién era.

Mientras todos mis conocidos estaban con sus familias, yo estaba volando; observaba el skyline desde mi azotea y admiraba la línea casi perfecta que hacían los aviones sobre mí al enfilarse hacia JFK. En mis audífonos tenía "The Yeah Yeah Yeah Song" de los Flaming Lips en loop infinito.

También lloraba de envidia hacia los que comían romeritos y tenían peleas familiares en ese instante.

Hace 2 días me escribió una ex novia. Me dice que su padre acaba de morir. Me da mucha tristeza, porque a ella la quise mucho. No me había escrito más allá del saludo formal en unos 5 años. En fin. No serán muy felices fiestas para ella, y ella si era de las que disfrutaba mucho la época. Disfrutaba mucho muchas cosas y yo no, por ahí iba nuestro problema. No le he contestado. No es importante para ella eso tampoco.

En solidaridad, esta época será un poco más sombría para mí también.

Venga, regresemos más. Unos tres años.

Hace tres años yo vivía en Staten Island. Staten Island es lo más naco de Nueva York. Los guidos de Nueva Jersey han hecho casas ahí y su cultura se ha desparramado un poco; poca y mala cultura. Los mexicanos que vivían ahí le apodaban Stateneza. Como Ciudad Neza. Era obvio, perdón.

Sin embargo, yo vivía en una casa a unas 5 cuadras de la estación del ferry. Mi calle era una típica calle de un pueblo costero de Estados Unidos. Las casas eran todas de diferentes colores.

Una bonita postal. Había fallas, sin embargo. Había una iglesia católica a tres casas (mi casera me pedía que si le podía quitar la nieve de la entrada, ya que el joven sacerdote de ahí era inútil o algo), pero enfrente de la nuestra había una en la que vendían crack. No eran mala onda los de ahí, pero estaban demasiado flacos.

Total, un día, no era navidad, era más bien por estos días, yo venía regresando de grabar en un estudio y me disponía a entrar al ferry.

Ah! Si vives en Staten Island tienes que tomar un ferry como de 20 minutos para ir a Manhattan y de regreso.

En invierno es genial porque no hay turistas y, si estás bien abrigado, puedes salir a ver como el ferry rompe el hielo.

Pequeñas cosas, recuerden.

Bueno, estoy esperando al ferry y se sienta frente a mí un tipo estereotípico de Staten Island. Tipo italiano, rudo y grande.

Bueno, un poco de contexto.

Yo llevaba dos días siendo el asistente de un ingeniero en un estudio. Este "ingeniero" no tenía idea de cómo funcionaba el patch bay de una consola Solid State Logic, por lo que parecía más bien que yo le daba clases de cómo usarla a la vez que tenía que llevar la sesión porque el tipo tampoco sabía grabar en tape. Por alguna razón, él había insistido en que se grabara análogo, creo que porque leyó que Jay Z lo seguía haciendo así.

Total, yo llevaba ya 2 días sin dormir y trabajando con este mono. Había sobrevivido gracias a la dotación de anfetaminas variadas y cocaína proveída por el grupo. Ellos eran una especie de copia del Dave Mathews Band, pero no sabían afinar bien sus instrumentos.

Total, las sustancias que mencioné estaban siendo diluídas ya por mi cuerpo y sentía la cruda que venía.

Si ustedes sienten que sus crudas de alcohol son terribles, jamás, JAMÄS, prueben la cocaína. La cruda es famosa y es gran causa de las tragedias que han leído ustedes sobre los famosos.

Regresemos.

El tipo se siente enfrente de mí. Yo era un tipo más flaco que ahora y con unas ojeras tremendas. Pálido y tembloroso del estrés.

Comienza a examinarme. Le digo que deje de mirarme. "Fuck off", más bien.

Pone cara severa.

Puta madre, saludable jamás tendría oportunidad contra él y ahora, en este estado, me matará. Por lo menos lo que traigo adentro de mi sistema aminorará los golpes.

Se sienta junto a mí y me dice:

"It can´t be that bad, man."

No le entiendo bien la primera vez y me lo repite. Comenzamos a hablar. Él si tiene una vida dura. Esto no me hace sentir bien, pero ayuda a que las malditas sustancias no sigan jodiendo mi vida. Por lo menos un rato.

Llegamos a Staten Island. Está todo oscuro. Nos despedimos. Él no lo sabe, pero cambió mi humor. Por semanas. No por el contraste de la situación, sino por interesarse un poco.

"Gracias."

Llego a mi casa, la cual comparto con 8 personas más. Mi humor bajó un poco por lo resbaloso del piso. Staten Island está formado topográficamente por colinas y el hielo hace que el caminar sea peligroso. Patiné algunas veces. Nada serio.

Al subir por las escalinata hacia mi casa, veo que la mayoría de los habitantes de la casa están afuera. Hay una especie de terraza con una mesa y veo que sobre la mesa hay vasos. Supongo que son gin and tonics, pues la casera está ahí y son su especialidad.

"¿Quieres uno?"

Alcohol, recuerdo que la cruda se acumulará con la que ya viene a todo. Ya no es importante.

"Si, sólo dejen que vaya a cambiarme y regreso."

Algunos nos quedamos ahí hasta el amanecer. Al final somos solamente el marinero y yo. Así le decía y el me decía "el músico". Los dos con un tono burlón, pero no lastimero.

Está de buen humor. Me da gusto por él, ya que ha andado deprimido porque aparentemente tendrán que cortarle el brazo. El trabajaba en un pequeño bote (un steamer, no sé cuál sea la traducción) y tuvo un accidente. Se le hacen quistes en el brazo y eso pone en peligro su vida. Me ha enseñado su brazo. Es más fuerte que mi pierna, es increíble que esa sea la solución.

Pero así es esto.

Hmmmm, recuerdo que había comentado algo del costo de oportunidad.

Nada, que es una pendejada más diseñada por los economistas para jodernos la vida. El costo de oportunidad es la mejor opción que no tomaste al hacer una decisión. O sea, si compraste x casa, tu costo de oportunidad es la otra casa que viste y te gustó pero que no compraste. La segunda opción.

Todo para que no vivamos ni disfrutemos el presente...

Como dijo alguna vez el marinero, ya borracho y para jocosidad de todos presentes:

"A smooth sea never makes a skilled seaman."

O algo así. Yo también estaba borracho.

Mejor como dijo Kilgore Trout:

"You were sick, but now you're well again, and there's work to do."

No, más bien ya recuerdo lo que quería decir con lo de costo de oportunidad.

Cuando ya estás de lleno en los treintas, cada camino que tomes, no importa cuál sea, acabará con alguien llorando o sintiéndose mal. Esta relación baja entre más edad tengas si estás más estable.

Alomejor, si lo haces bien, las lágrimas y todas esas sensaciones malas serán tuyas.

Sobre todo si te das cuenta de lo que es realmente importante.

4 comentarios:

Bigmaud dijo...

Nada qué decir, éste es uno de mis posts favoritos desde que leo. Gracias por teclearlo. Por costumbre te deseo una feliz navidad.

América Gutiérrez dijo...

The yeah, yeah, yeah song es un gran rola, yo corro con ella. Esta temporada es extraña, no soy especialmente festiva y tanto alboroto me abruma. Ojalá que las lágrimas y malas sensaciones que te correspondían en este camino estén saldadas. Un abrazo y sigue escribiendo, que yo te seguiré leyendo. Por cierto, la primera vez que se me congelaron las pestañas fue durante un invierno mientras caminaba por la calle de Bleecker st.

Gabriela/undies dijo...

Nota mental: no entrarle a la cocaína.

Siempre he querido pasar estas fechas en NY, nunca he podido y eso me molesta un poco, espero lograrlo para el próximo año.

Adriana Degetau dijo...

Leyendo eso parece que sigues allá y no en San Miguel.
Y las crónicas de San Miguel?